La exposición del jardín: efectos del clima, el viento y el sol

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Anonim

Antes de empezar a cultivar, no podemos ignorar el clima y los agentes atmosféricos a los que se verá sometido el suelo donde cultivaremos el jardín y en consecuencia nuestros cultivos.

Entre los factores climáticos determinantes se encuentra en primer lugar la exposición al sol de la tierra, pero también el viento y la posibilidad de granizadas y nevadas en invierno.

Todos estos factores son cruciales para entender qué hortalizas se pueden cultivar, también hay una serie de ajustes durante la fase de cultivo que pueden amortiguar el efecto de los agentes atmosféricos: un seto para resguardar el viento, la protección de invernaderos o láminas de TNT para mallas antihielo, anti-granizo o sombreadoras.

Sin embargo, el clima sigue siendo una limitación importante, que se debe considerar cuidadosamente antes de comenzar a cultivar. El viento, la nieve, el granizo, las lluvias estacionales son elementos que pueden afectar el resultado del cultivo, arruinando o favoreciendo la cosecha.

El clima y las estaciones

Las temperaturas climáticas y la sucesión de las estaciones son un factor vital para el ciclo de cultivo de las plantas: para germinar las semillas necesitan calor, que también es necesario para el desarrollo de la planta y fructificación. El frío también juega un papel clave en la marcación del ciclo de cultivo de la planta. Las heladas invernales son una señal que determina el descanso vegetativo o el azote de muchos cultivos.

El sol y la exposición

El sol no solo es una fuente de calentamiento primario sino que con sus rayos da a las plantas una luz preciosa, esencial para el proceso de fotosíntesis y para la maduración de la mayoría de los frutos. Sin una buena exposición al sol, muchas plantas del jardín sufren o producen una mala cosecha. Es necesario evaluar la exposición en diferentes momentos del día, prestando atención a dónde está el este, de donde sale el sol, y el oeste, de donde se pone, en comparación con nuestro jardín. Donde hay colinas o pendientes, las tierras orientadas al sur son las más soleadas, mientras.

Siempre con el fin de optimizar la exposición solar, es recomendable diseñar las hileras de las plantas en dirección norte / sur para que a medida que crezcan no arrojen demasiada sombra entre ellas.

El exceso de sol, sin embargo, también puede ser negativo, llegando al punto de quemar la planta y secar el suelo, pero este efecto es fácil de controlar con mallas de sombra y mantillo.

El jardín y el agua

Muy importante para quienes quieren hacer agricultura es controlar el acceso al agua, para garantizar el riego del jardín (leer más: riego del jardín). El requerimiento de agua varía según la temporada y el cultivo, pero ciertamente en función del área en la que cultivarás, ya puedes tener una idea de cuándo esperar más lluvia y cuánto afecta la lluvia estacional. Hay lugares donde llueve a menudo, otros donde la sequía puede ser un problema.

Lluvia, granizo y nieve

Las lluvias son una importante fuente de agua para la tierra y las plantas que la pueblan, pero cuando llueve mucho, se pueden formar encharcamientos excesivos de agua, que favorecen las enfermedades de las plantas. Hay que trabajar el suelo para que drene y sepa drenar el exceso de agua y cuidar de enmendarlo para que retenga adecuadamente la humedad.

El granizo es un evento ocasional que puede ser desastroso para la agricultura: en particular, si se dirige a plántulas recién trasplantadas o si golpea durante la floración, fructificación o maduración. Para evitar daños por granizo, se pueden utilizar redes especiales. Las redes anti-granizo colocadas en verano también tienen un efecto de sombra, limitando el sol de verano.

Incluso la nieve tiene un papel en la mejora de la estructura del suelo y proporciona agua de fácil absorción, puede aprender leyendo el artículo en el huerto y la nieve.

El viento para el jardín

L ' exposición al viento puede ser molesto para nuestras plantas y secar la tierra vegetal. Por eso es necesario prestar atención al lado expuesto y encerrarlo con un seto, especialmente en áreas muy ventosas. Si necesita intervenir rápidamente y no tiene tiempo para plantar un seto, también puede proteger el jardín temporalmente con una red cortavientos. El seto debe estar a 4-5 metros de los macizos de flores cultivados para no dar sombra a las verduras y también es útil para preservar la biodiversidad, actuando como un hábitat para insectos útiles, aves y pequeños animales.