La cornunghia: fertilizantes orgánicos

Un fertilizante natural en uso desde la antigüedad, el cornunghia es un fertilizante orgánico de liberación lenta.

Cornunghia es un fertilizante orgánico que se obtiene triturando los cuernos y pezuñas de animales, generalmente ganado. Las pezuñas y cuernos provenientes de mataderos generalmente se trituran y luego se secan, obteniendo así un fertilizante natural de liberación lenta, rico en nitrógeno y especialmente en fósforo.

Este fertilizante está permitido en la agricultura ecológica y es uno de los abonos orgánicos con más nitrógeno. Es un fertilizante antiguo, muy extendido durante siglos en el mundo agrícola.

Características de la cornunghia

La cornunghia es un fertilizante orgánico que contiene muy poco potasio, salvo condiciones especiales relacionadas con las características del suelo, tratamos de mantener un equilibrio en los tres macroelementos necesarios para las plantas, por lo que la cornunghia debe integrarse con otro fertilizante con contenido de potasio. La característica interesante de este fertilizante es la liberación lenta, debido a la lenta descomposición de sus componentes (queratinas) que evita que las lluvias se lleven todos los nutrientes.

En el jardín el cornunghia se usa poco, debido a la rotación de cultivos es difícil calibrar la liberación lenta de elementos en plantas de ciclo corto como las hortalizas, se usa más a menudo para plantas ornamentales y para el huerto. Al ser orgánico, este fertilizante también mejora la estructura del suelo, actuando como mejorador del suelo.

Cómo usar la cornunghia

La cornunghia se encuentra generalmente en gránulos o copos, se distribuye enterrándola en el suelo, la dosis correcta depende de las características del suelo, para dar una medida indicativa podemos decir unos 8 kilos por cada 100 metros cuadrados de suelo a fertilizar.

Al ser un fertilizante seco tiene la ventaja de no fermentar, por lo que no tenemos que preocuparnos por su maduración, a diferencia del estiércol y el compost.