Procesionaria del pino: qué peligros y qué remedios

Aprendamos a reconocer la procesionaria del pino, tanto en larvas como en nidos, y descubramos cómo defender las coníferas sin peligros y sin química dañina.

La procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) es una plaga de insectos particularmente indeseada, ya que además de dañar las plantas hospedadoras, puede causar reacciones epidérmicas y alérgicas en personas e incluso mascotas .

Es por eso que muchos ya habrán oído hablar de él, aunque no todos son capaces de reconocer larvas y adultos de inmediato. Es útil brindar información sobre esta polilla para evitar alarmismos innecesarios pero también para aprender a distinguir esta especie de otras orugas o mariposas inofensivas, evitando el peligro de picaduras.

Cuando la procesionaria está presente en el pino u otras coníferas, se vuelve importante intervenir a tiempo, también para proteger a perros y gatos, pero podemos evitar hacerlo con insecticidas convencionales y optar por medidas más ecocompatibles. A continuación, descubriremos cómo identificar la procesionaria y sus nidos y cómo solucionar la posible presencia de este insecto en el jardín con métodos biológicos.

Reconocer al insecto

La procesionaria del pino es un insecto perteneciente al orden de los lepidópteros , es decir, una mariposa. El nombre "procesionaria" se debe al comportamiento de las larvas, que se mueven una en fila a la otra como si estuvieran haciendo una procesión.

La especie es muy adaptable a las condiciones ambientales, tanto es así que podemos encontrarla tanto en zonas de mar como de montaña, y lamentablemente también hay que precisar que actualmente está ampliando su distribución también debido a los continuos cambios climáticos.

Afecta a las coníferas y en particular al pino negro, al pino silvestre, al pino marítimo y en ocasiones a algunas especies de cedro. Las larvas las encontramos en estas plantas hospedadoras desde el otoño hasta la primavera siguiente, cuando una vez maduras descienden en fila por los troncos y se entierran, para transformarse en crisálidas de color marrón rojizo.

La crisálida luego se transforma en la forma adulta, la procesionaria del pino tiene alas frontales grises cruzadas por 2 o 3 rayas transversales más oscuras y alas traseras blancas con una mancha negra al lado del margen inferior. La envergadura es de 3,5 a 5 cm. La forma adulta aparece en verano, tras lo cual tiene lugar el apareamiento, tras el cual cada hembra deposita todos los huevos en una especie de manga construida alrededor de las agujas o, a veces, alrededor de ramitas delgadas.

Las larvas tienen un comportamiento gregario, viven en densas colonias y se mueven formando típicas largas filas, en las que cada individuo está en contacto con el que le precede. Las larvas pasan por 5 etapas de maduración y al final de estas tienen la cabeza negra y el cuerpo grisáceo en la parte dorsal, con un mechón de pelos rojos punzantes y pelos laterales blanquecinos.

El insecto produce solo una generación por año .

Nidos de polilla procesionaria

En invierno es muy fácil identificar la procesionaria en las plantas gracias a la presencia de grandes racimos blanquecinos especialmente en las partes más soleadas del follaje de las coníferas afectadas. Estos son los nidos que utiliza el insecto para pasar el invierno.

Daño de la procesionaria

Las larvas de la polilla procesionaria se alimentan de las agujas de las coníferas y pueden causar graves daños a las plantas afectadas, provocando incluso la pérdida de todas las agujas.

Las infestaciones repetidas a lo largo de los años comprometen el crecimiento de pinos u otras coníferas infestadas y pueden debilitar las plantas haciéndolas más susceptibles al ataque de otros parásitos secundarios.

Pero lo que más preocupa es la molestia directa que causa a personas y animales , por ejemplo estas polillas representan un peligro para los perros. Los pelos de las larvas procesionarias son muy picantes en la piel y pueden ser transportados fácilmente por el viento. También por este motivo se practica la defensa constante en entornos públicos.

Prevención y precauciones

Antes de intervenir contra larvas o nidos procesionarios, es bueno estar pendiente de las posibles consecuencias, dado el poder punzante de los pelos de las larvas.

Las precauciones que podemos tomar para nuestra salud y evitar ser molestados por el insecto consisten sobre todo en estas medidas:

  • Evite pararse debajo de las plantas que reconocemos atacadas y posiblemente ni siquiera nos acerquemos;
  • No trates de destruir los nidos por ti mismo con medios improvisados ​​porque el resultado podría ser contraproducente, es decir, el desprendimiento de los pelos picantes alrededor en lugar de la eliminación del insecto;
  • Lavar a fondo las verduras o frutas recolectadas cerca de las plantas afectadas por la procesionaria;

Además, aunque en primavera estaríamos tentados a matar todas las larvas que observemos bajar del tronco todas en fila, es recomendable hacerlo solo si se dispone de los medios adecuados y toda la protección personal, y en caso de duda llamar a una empresa de jardinería experta.

Trampas de feromonas

En la segunda quincena de junio, se pueden instalar trampas de feromonas sexuales para capturar machos adultos. Deben fijarse en una rama en una posición media-alta y preferiblemente en el lado suroeste del dosel.

Esta es una excelente manera de identificar la presencia de procesionaria y también de reducir su población. Las trampas afectan al insecto adulto, pero el resultado de la captura es evitar una gran cantidad de futuras larvas.

Insecticidas biologicos

El comienzo del otoño, entre mediados de septiembre y principios de octubre , es el momento adecuado para intervenir con un tratamiento basado en un producto de bajo impacto ambiental, como por ejemplo Bacillus thuringiensis kurstaki, un insecticida microbiológico selectivo sobre larvas de lepidópteros nocivos. En otoño, de hecho, las larvas son jóvenes y aún no tienen pelos urticantes, por lo que el riesgo personal es bajo. Como siempre, los tratamientos deben realizarse leyendo primero las instrucciones de la etiqueta y respetando las dosis y métodos de uso recomendados y usando Equipo de Protección Individual.

Los pinos suelen ser árboles altos , por lo que realizar un tratamiento puede resultar incómodo o peligroso. Se recomienda proceder con extrema seguridad o que el tratamiento sea realizado por jardineros con todo el equipamiento necesario.

Posteriormente, a medida que las larvas crecen y diferencian los pelos, ciertamente se vuelven más molestos, y aunque los tratamientos con Bacillus thuringiensis siguen siendo efectivos, se debe prestar una atención aún más escrupulosa a realizarlos.

Además, en verano se pueden ver los nidos viejos en las plantas, que aún tienen un efecto de escozor y por lo tanto deben ser retirados por operadores expertos.