El perifollo, Anthriscus cerefolium, es una planta que forma parte de la familia de las sombrillas como otras hierbas aromáticas, y es relativamente fácil de cultivar en el jardín, así como en una maceta de balcón. Se utilizan las hojas de esta especie y una pequeña cantidad es suficiente para dar a los platos un delicado sabor picante.
De origen asiático, este aromático fue importado a Europa en época romana, en la Edad Media también se la conocía como una planta con usos medicinales y herbales además de culinarios. De hecho, el perifollo, además de su sabor, es interesante porque es rico en muchas sustancias beneficiosas como las vitaminas A y C.
El hábitat del perifollo es herbáceo con tallos de unos 40 cm de altura y hojas de color verde brillante que se vuelven rojas en otoño. Cuando la planta está en flor emite los característicos paraguas blancos típicos de la familia a la que pertenece, llamados “umbelíferas”, o también “apiacea”. Varias otras plantas aromáticas pertenecen a la misma familia, como el cilantro. Ahora veamos cómo cultivarlo con sencillez en el jardín o en maceta, de la forma más ecológica posible.
Sembrar perifollo
Empezar a cultivar esta planta aromática es muy sencillo: tiene pocas exigencias en cuanto a suelo y clima y no es difícil cultivar las plántulas a partir de semillas, directamente en el suelo del jardín.
Las semillas de perifollo se pueden encontrar fácilmente en línea, aquí hay una referencia para los interesados.
Suelo y fertilización
El perifollo no tiene necesidades particulares en cuanto al suelo, que en todo caso debe ser trabajado, nivelado y enriquecido con materia orgánica a base de compost o abono verde antes de la siembra.
Requiere una exposición suficientemente iluminada, aunque en verano sufre una insolación excesiva, por lo que es recomendable optar por una vía intermedia, sobre todo en siembras tardías, o puedes utilizar mallas de sombreo durante el verano.
Periodo y método de siembra
El perifollo se siembra directamente en la casa, o en el jardín, en lugar de en la maceta final si pretendemos cultivarlo en el balcón. Si se quiere dedicar un gran parterre a esta aromática planta, es preferible sembrar en hileras a 20 cm de distancia entre sí, ya que un cultivo ordenado permite el manejo de la limpieza de las "malas hierbas" del medio. Para la siembra en campo, por tanto, se trazan surcos poco profundos y paralelos, lo más rectos posible, y se distribuyen las semillas, espaciando ligeramente, para luego tapar y mojar.
Al cultivar en espacios muy reducidos como una maceta o un rincón de un macizo de hierbas mixtas, la siembra al voleo es mejor porque optimiza la poca superficie disponible. En este caso puedes optar por mojar la tierra primero, luego esparcir las semillas de manera uniforme y finalmente cubrirlas con tierra pasada por un colador para que caiga muy fina. Esta es una alternativa a la técnica clásica que en cambio consiste en sembrar, cubrir con el rastrillo y luego mojar. El primer método es más preciso porque la distribución de las semillas sigue siendo la que hemos decidido, mientras que con el segundo método inevitablemente se vuelve más aleatorio debido a la acción del rastrillo que las esparce.
Si prevemos un uso amplio de perifollo conviene hacer una siembra gradual porque las hojas no son muy conservables y al sembrar nuevas plántulas siempre podremos recoger las frescas en época de cosecha.
Para anticipar la cosecha, también es posible continuar con la siembra al final del invierno en un lecho cálido o en un semillero, para tener plántulas para trasplantar luego en casa permanente, aunque no todas pueden echar raíces por estrés del trasplante.
Cultivo de perifollo
Después de la siembra no hay operaciones de cultivo particulares a realizar, solo hay que respetar algunas precauciones simples para mantener nuestro perifollo en buen estado de salud. Por ejemplo, cuando las plántulas están en su cuarta hoja, se debe evaluar su densidad, porque si fueran demasiado densas sería importante aclararlas de tal manera que se garantice suficiente espacio y luz para las restantes.
Durante el desarrollo del cultivo es necesario mantener el espacio limpio de hierbas espontáneas desyerbando a mano o con azadas. El desmalezador es una muy buena herramienta para pasar entre hileras y también es útil para airear el suelo, pero solo funciona bien cuando las hierbas silvestres recién nacen.
El riego debe ser constante pero no excesivo, y tanto para este como para otras especies, el mejor método es el riego por goteo técnica y ecológicamente, que distribuye poca agua y hace menos probable la aparición de enfermedades.
El perifollo tiende a emitir inflorescencias que siempre hay que podar para mantener la planta en estado vegetativo y las hojas bien aromáticas.
Cultivo en maceta de perifollo
Como ya está escrito, el perifollo también es adecuado para el cultivo en el balcón, para lo cual se aplican todas las indicaciones ya mencionadas. Esta hierba aromática requiere una maceta de tamaño mediano, se puede usar tierra común y es útil tener un drenaje en el fondo de la maceta. Para mantenerlo en un recipiente, es importante el riego regular, que no hace que el suelo se seque.
Recoge y almacena las hojas de perifollo.
Las hojas frescas de perifollo se cortan o cortan el pecíolo en la base de la planta, y esta es la mejor forma de recolectar este aromático, ya que permite el desarrollo de nuevos brotes.
En cambio, el almacenamiento de hojas secas es complicado y el riesgo es alterar su aroma y los ingredientes activos que contienen, por lo que alternativamente se pueden congelar en pequeñas cantidades después de limpiarlas con un paño húmedo.
También para no alterar el aroma de esta especia, al usarla en la cocina, recuerde agregar las hojas a los platos solo cuando el fuego esté apagado, al final de la cocción . Como pauta, el perifollo puede reemplazar al perejil siempre que se desee una variante ligeramente diferente. En Francia en particular es muy utilizado, mientras que en nuestra cocina sigue siendo una rareza, y es una pena porque se presta deliciosamente para dar sabor a tortillas, ensaladas, sopas y más. El perifollo también se usa en la preparación de bebidas para calmar la sed para reemplazar la menta, así como para dar sabor a vinagres y licores.