Los caracoles y las babosas son grandes enemigos del jardín : con un clima húmedo y no demasiado soleado proliferan, dañando mucho los cultivos. El peor daño lo soportan las verduras de hoja, especialmente las ensaladas, y las plántulas jóvenes, que al ser defoliadas pueden sufrir daños irreversibles.
Los métodos para combatir estos moluscos son diferentes, lamentablemente la forma más sencilla se elige a menudo por pereza, esparciendo el asesino químico de caracoles en el jardín. El cebo granular es un método que funciona bien para matar babosas , pero hay que tener cuidado porque conlleva una serie de contraindicaciones en cuanto a contaminación y es muy peligroso para las mascotas y la pequeña fauna (especialmente los erizos).
Antes de usar este pesticida es recomendable indagar sobre qué consecuencias tiene en el jardín y sus tiempos de escasez, también es útil informar a amigos y conocidos que puedan usarlo sin conciencia. También hay algunas alternativas naturales que vale la pena descubrir, incluido un asesino de caracoles orgánico.
El slugicida en gránulos de metaldehído azul
Los caracolicidas más comunes en el mercado son productos a base de metaldehído, es un compuesto químico venenoso presentado en gránulos de color azul o verde agua. Además del metaldehído, el pesticida contiene un conjunto de harinas diseñadas para atraer a los caracoles, generalmente las proteínas atraen a los moluscos. El principio es el del cebo: basta con distribuir los gránulos aquí y allá en el jardín para que los gasterópodos vayan a comérselo y mueran por ello. La fórmula está diseñada para que el asesino de caracoles resista las lluvias y tenga una buena duración, esto garantiza varios días de protección para el jardín pero también prolonga el tiempo de residencia del veneno en nuestro suelo. Evidentemente en el cultivo ecológico este tipo de plaguicidas no está permitido y en general conviene evitarlo por razones de sentido común.
Una cosa importante que debe saber es que el metaldehído es un veneno nocivo en particular para mascotas como perros y gatos, su uso en el jardín los pone en gran peligro.
La toxicidad no se limita a la ingestión, sino que también pasa por contacto con la piel, aunque en menor medida. Por este motivo debe manipularse con guantes y no es necesario poner las manos en la tierra donde se extendió el cebo granulado.
El período de espera
El período de escasez está indicado en el envase de cada asesino de caracoles: son los días que se deben dejar pasar desde el uso del producto hasta el consumo de las verduras. A menudo el tiempo indicado es de 20 días, un plazo absurdo para cosechas rápidas como las ensaladas, que prácticamente llegan a la cosecha.
Lamentablemente, en los centros de jardinería con demasiada frecuencia se siguen recomendando sin reservas los productos a base de metaldehído, omitiendo las consecuencias que pueden traer. La mayoría de las personas que usan el cebo granular no se preocupan por el período de escasez y por ignorancia esparcen el cebo incluso justo antes de recolectarlo.
Una precaucion
Cualquiera que quiera hacer un huerto orgánico debe renunciar al metaldehído, sin compromiso. Si alguien no está convencido de hacerlo, existe una precaución útil para limitar el daño del veneno: el dispensador Lima Trap. Este sencillo sistema permite evitar el contacto directo entre los granulados venenosos y el suelo, la cubierta superior evita que la lluvia esparza el producto.
Lima Trap tiene la gran ventaja de limitar el desperdicio de cebo, para ello también se puede utilizar con el asesino de caracoles orgánico (recomendado).
Envenenamiento animal
La intoxicación por metaldehído es una causa frecuente de muerte para las mascotas, especialmente los perros pequeños y medianos, que pueden estar intrigados por los gránulos azules y solo necesitan ingerir pequeñas cantidades para poner en peligro la vida. Incluso la fauna local, si está presente en el área, está amenazada por este pesticida.
Los síntomas de intoxicación se manifiestan un par de horas después de la ingestión y consisten en convulsiones, taquicardia, temblores, diarrea.
No existen antídotos que puedan salvar al animal, hay que llevarlo urgentemente al veterinario.
Alternativas al metaldehído
Renunciar al metaldehído no significa ser devorado por caracoles, también existen métodos naturales que te permiten salvaguardar los cultivos, lo hablamos en detalle en el artículo sobre cómo proteger el jardín de las babosas.
A pequeña escala, la defensa puede basarse en barreras hechas con sustancias polvorientas y también en la recogida manual de caracoles, un sistema muy a menudo subestimado. Otro buen método son las trampas de cerveza, que son sencillas y eficaces.
También existe un asesino biológico de caracoles, capaz de sustituir al convencional con igual eficacia.
El asesino biológico de caracoles
Para aquellos que disponen de poco tiempo y no quieren probar suerte con defensas naturales que requieren constancia y tiempo, también existe en el mercado un asesino de caracoles orgánico.
Son gránulos de colores similares a los del pesticida venenoso tanto en apariencia como en efectividad.
Este cebo permitido en bio está basado en fosfato férrico, sustancia que afecta el sistema nutricional de los caracoles. De esta manera, los gasterópodos pueden ser atacados de forma selectiva y respetuosa con el medio ambiente. Una vez que el fosfato férrico se degrada en el medio ambiente, deja microelementos nutrientes útiles para las plantas, enriqueciendo así el suelo.
La desventaja de este producto puede estar en el costo, en este sentido resulta útil el citado dispensador Lima Trap, que prolonga su vida y por tanto permite buenos ahorros.