Antes de empezar a criar caracoles es bueno conocer un poco mejor a este animal, aprendiendo a entender cuáles son sus características, solo entendiendo las necesidades y ciclo de vida de estos gasterópodos se puede iniciar una cría correctamente.
El caracol es un molusco gasterópodo hermafrodita, las especies gastronómicas objeto de la helicicultura se denominan todas Helix. Es un hermafrodita insuficiente: es decir, que cada individuo, aunque posee tanto el aparato reproductor masculino como el femenino, es incapaz de fecundar solo, pero debe tener un compañero en el apareamiento.
La reproducción de caracoles es obviamente un paso clave para quienes los crían, ya que la actividad reproductiva determina el crecimiento de la población de cultivo y por ende los beneficios del heliculturista.
Cuando los caracoles se reproducen
El período de apareamiento de los caracoles va de mayo a noviembre , se reproducen los caracoles adultos sanos, es decir, aquellos que tienen al menos dos años y están perfectamente sanos. Un caracol es capaz de producir un promedio de cien huevos por apareamiento, después de unos 20 días irá a ponerlos bajo tierra. Los huevos puestos eclosionan después de otros 20 días, si las condiciones climáticas lo permiten, dando vida a caracoles perfectamente formados.
Cada caracol se aparea 3-4 veces al año y, teniendo en cuenta la gran cantidad de huevos producidos, puede hacerse una idea de cómo pueden proliferar estos moluscos si la cría se gestiona correctamente. El hecho de que sean hermafroditas supone una doble producción: todos los caracoles tienen la posibilidad de desovar, mientras que entre los animales sexuados solo las hembras dan a luz a las crías.
Apareamiento de caracoles
La forma en que se reproducen los caracoles es larga y muy curiosa: la fase de apareamiento puede durar hasta 24 horas, suele darse desde el atardecer hasta el amanecer siguiente. Los dos caracoles se acercan y quedan unidos entre sí cerca de la cabeza, con un fuerte hilo de color blanco. En este punto de la reproducción es imposible separarlos manualmente: algo que nunca se debe hacer para evitar daños graves a los dos caracoles.
Huevos de caracol
Aproximadamente tres semanas después del apareamiento, se ponen los huevos. Los caracoles ponen sus huevos bajo tierra, donde esperan otros veinte días antes de eclosionar. Los huevos son pequeñas esferas redondas, su peculiaridad es que son extremadamente resistentes y casi imposibles de romper.
La eclosión de los huevos
Cuando los huevos eclosionan, el caracol del interior ya está perfectamente formado. Durante los primeros días después de la eclosión, los caracoles aún permanecen en el nido y se alimentan de los huevos que no han logrado eclosionar ya que son ricos en proteínas. Después de unos días salen a la superficie y comienzan su vida "muy lenta". El primer período es sin duda el más importante para el crecimiento ya que, una vez que abandonan el nido, si encuentran suficiente nutrición fresca y genuina, duplican el volumen de su pequeña concha en muy poco tiempo. Evidentemente la tarea del criador es asegurarse de que, especialmente en esta delicada fase, no haya falta de alimentación y las condiciones de vida sean pacíficas y saludables. Luego, el crecimiento se ralentiza un poco y luego, obviamente, continúa.
Considerando la vida del caracol en la cría, su infancia transcurre entre madres y pequeños, es como una gran familia que vive en medio de una frondosa vegetación sin ningún tipo de perturbación.
El letargo de los caracoles
Cerca del invierno, los caracoles grandes y pequeños se preparan para la hibernación, período en el que pasarán el invierno bajo tierra, durmiendo hasta la primavera siguiente, y en todo caso hasta que las temperaturas externas sean estables al menos en unos veinte grados. Durante la hibernación los caracoles forman el llamado "opérculo" o una pátina blanca que los protegerá de todo lo externo, es decir, es como si cerraran la puerta de la casa y luego la reabrieran en primavera.
Despertar de la hibernación invernal es otro paso importante para el crecimiento, ya que es un momento clave para terminar casi por completo el crecimiento y finalmente convertirse en adultos.
Por parte del criador también es fundamental en este caso seguir haciéndole encontrar la dieta adecuada, siempre fresca, para poder aportarle las vitaminas que necesita. El factor de una alimentación correcta y continua sigue siendo uno de los pilares fundamentales para el buen desarrollo de los caracoles y para el éxito de la cría.
El ciclo de vida del caracol cultivado
En la naturaleza, los caracoles suelen tardar varios años en convertirse en adultos y por tanto en endurecer su caparazón y en el borde, o las características fundamentales de un caracol para estar listo para la venta. En la cría, los tiempos de crecimiento biológico de los caracoles son de aproximadamente un año, un período mucho más corto que el ciclo de vida del caracol en la naturaleza. Esto se debe a que en un sistema de helicópteros debidamente seguido por el criador, nuestras mascotas tendrán todo el bienestar que necesitan, desde la comida siempre disponible y fresca hasta la humedad adecuada debido al riego diario de las cercas.
Una vez que llegan a tener un caparazón y un borde duros, han terminado su ciclo de crecimiento. Sin embargo, conviene recordar que las "yeguas" o madres, para poder beneficiarse de la máxima fertilidad, deben tener al menos dos años, de lo contrario en cada apareamiento los huevos que se producirían serían claramente menos de cien. Es esencial tener en cuenta estos datos al planificar qué caracoles recolectar y cuáles dejar como yeguas en el corral.