Entre las hortalizas menos sencillas de cultivar podemos sin duda incluir las zanahorias, ya que en ocasiones quedan pequeñas, malformadas y por tanto muy diferentes a las que compras, aunque tengan un sabor excelente.
Quienes han intentado sembrarlas sin resultado suelen culpar del fracaso al suelo mal disuelto, pero otro error muy frecuente es haber descuidado el aclareo de las plántulas. De hecho, sin esta intervención fundamental, las zanahorias baby crecen muy densas y no tienen suficiente espacio para desarrollar adecuadamente la raíz, que puede alcanzar dimensiones considerables incluso en cultivo ecológico. Por supuesto, puede sembrar dosificando las semillas con moderación, pero a menudo esto no es suficiente.
Sin embargo, incluso tratando de cultivar zanahorias con el mayor cuidado posible, puede suceder que la cosecha no alcance el resultado esperado debido a otros problemas, como enfermedades o parásitos, que es bueno aprender a identificar a tiempo. A continuación examinamos las posibles patologías del vegetal, también puedes leer cuáles son los insectos más dañinos.
Prevenir enfermedades
Las formas generales de prevención, a tener siempre en cuenta a la hora de cultivar zanahorias son:
- El respeto de las rotaciones que obliga, aunque difícil en la práctica, a no devolver las zanahorias u otras umbelíferas (apio, perejil e hinojo) durante al menos 3 ciclos de cultivo en la misma parcela.
- Riegos correctos , que mojan el suelo pero no la parte aérea de las plantas de zanahoria.
- Fertilizaciones equilibradas , sin excesos y evitando distribuir compost o estiércol aún no maduro, que en contacto con las plántulas en crecimiento podría enfermarlas y pudrirlas.
Principales problemas y remedios biológicos.
Después de haber implementado estas precauciones es bueno ver en particular cuáles son las enfermedades más frecuentes en las zanahorias, para poder reconocerlas y tal vez prevenirlas, o solucionarlas de la manera más ecológica posible.
Mal vinificado de la zanahoria
La enfermedad del mal vinato, de naturaleza criptogámica, aparece sobre todo en terrenos reconvertidos en huerto tras ser conducidos a prados durante mucho tiempo, pero en general también puede aparecer en suelos sueltos ricos en sustancia orgánica.
Las raíces de las zanahorias (raíces pivotantes) en estos casos aparecen cubiertas con la masa púrpura del hongo, puntuada por pequeños cuerpos esferoidales, que son responsables de una mayor propagación de la enfermedad. Las raíces pivotantes básicamente se pudren y no son comestibles. La enfermedad se previene mediante rotaciones y los suelos que han albergado cultivos de zanahoria afectados deben tratarse con un hongo antagonista del género Thricoderma.
Sclerotinia
En este caso, el hongo crea un micelio algodonoso blanco con muchos puntos negros (los esclerocios del hongo) en la raíz primaria, que se pudre. Los síntomas de la esclerotinia se pueden ver en el momento de la cosecha o más tarde, en la nevera o en el almacén.
La enfermedad es más frecuente en suelos pesados que tienden al estancamiento del agua, y si esta es la condición del cultivo, es muy importante mezclar arena con la tierra donde pretendes sembrar las zanahorias, precaución que también sirve para asegurar un buen desarrollo de la raíz primaria. El problema es que los esclerocios son pequeños órganos con los que el hongo consigue mantenerse durante años en el suelo, por lo que es fundamental erradicar las plantas afectadas ante los primeros síntomas y realizar tratamientos con productos a base del hongo Thricoderma.
Alternariasis
Esta patología también afecta a otras umbelíferas, como el hinojo, y se manifiesta con pequeñas manchas marrones necróticas rodeadas de un halo amarillento. Las manchas de alternaria, con el curso de la enfermedad, se fusionan y la vegetación en su conjunto se seca. Si la enfermedad también afecta a las raíces principales, se notan manchas de pudrición en estas.
En cultivos orgánicos profesionales tiene sentido tratar con un producto cúprico al inicio de los primeros síntomas, pero sin sobrepasar nunca las dosis pero respetando las instrucciones del envase del producto adquirido.
Blanco dolorido
La enfermedad blanca, o mildiú polvoriento, es un problema recurrente en varios vegetales, en las zanahorias es causada por un hongo (Erysiphe umbrelliferarum) que también ataca a las otras umbelíferas. Generalmente la enfermedad aparece a finales del verano y se ve favorecida por el clima cálido-húmedo. Las hojas afectadas se vuelven amarillas y eventualmente se secan, y también hay muchos puntos negros, que son los órganos de propagación del hongo.
Contra la enfermedad blanca se pueden hacer tratamientos a base de bicarbonato de sodio o azufre, de los cuales existen diversas formulaciones, por lo que es necesario leer bien las etiquetas del producto elegido para poder hacer un uso cuidadoso y eficaz.
Virosis de zanahoria
Entre las enfermedades virales de la zanahoria mencionamos el virus del enrojecimiento foliar, enfermedad que también afecta al perejil y que provoca primero el amarilleo y luego el enrojecimiento de los tejidos, a partir del margen foliar. Es una enfermedad viral clásica transmitida por un pulgón, por lo que defender las plantas de los pulgones siempre es importante y se puede hacer con medios ecológicos.
Otro virus que puede aparecer es el del fitoplasma Giallume, pero afortunadamente afecta a pocas plantas, manifestándose también a nivel radicular, con un desarrollo reducido de las raíces principales.
División de la raíz
Cuando las raíces de la zanahoria se parten, el fenómeno se debe a un desequilibrio hídrico, o una disponibilidad repentina de agua en el suelo precedida por un período seco. Los tejidos externos de la raíz primaria tienen una tasa de crecimiento más rápida que la de los tejidos internos y, en consecuencia, se crean estiramientos que dan como resultado grietas longitudinales.
El problema es que esta fisiopatía, término que indica una alteración no parasitaria, puede provocar la invasión de colonias de pulgones que acechan en la fisura. Para prevenir este problema, es importante que el agua de riego se distribuya de forma regular, sin excesos ni carencias.