Carne de caracol: cómo venderla

Tabla de contenido:

Anonim

La belleza de la cría de caracoles es que existe la posibilidad de tener diferentes formas de ingresos a partir de un mismo producto. De hecho, los caracoles aportan a su baba, con importantes propiedades cosméticas, pero también y sobre todo una excelente carne, muy buscada en la gastronomía.

En este artículo hablamos de la carne de caracol, para entender cómo se puede llevar al mercado y cuáles son sus posibles canales de venta. El mercado de los caracoles está creciendo: es un producto muy solicitado, tanto que la producción actual de helicópteros italianos no es suficiente para satisfacer la demanda. Por esta razón, la helicicultura puede ser un sector agrícola muy interesante, con una buena relación entre costos e ingresos.

Antes de pasar a un repaso de los puntos de venta que puede tener la carne de caracol, recuerdo que este artículo, como todos los demás textos de Orto Da Coltivare sobre el tema de la helicicultura, fue escrito gracias al valioso apoyo técnico de La Snaaca por Ambra Cantoni. Esta empresa, con sus veinte años de experiencia, es capaz de formar nuevos ganaderos y suministrar los productos necesarios para la planta, como redes y reproductores. Además, La Snaaca puede adquirir directamente el producto de quienes empiezan por confiar en ellos, con contratos anuales renovables de año en año, retirando también el 100% de la producción. Esta puede ser una salida comercial importante porque es segura. Aquellos que prefieran vender caracoles ellos mismos encontrarán algunas ideas útiles a continuación.

A quién venderle carne de caracol

Los canales y salidas económicas son verdaderamente múltiples ya que abarcan todos los discursos gastronómicos. Puedes optar por favorecer la venta al cliente final, lo que permite un mayor ingreso pero también requiere mucho más tiempo e inversión, o puedes recurrir a intermediarios y mayoristas, que pagan menos porque tienen que generar sus propios ingresos, pero te permiten colocar grandes cantidades sin esfuerzo. Una solución intermedia es la de catering y festivales, que sigue siendo un canal especialmente interesante.

Venta directa al particular

En su propia finca. Vender carne de caracol directamente al particular es ciertamente el método que maximiza el precio, ya que llega directamente al cliente minorista final, sin grandes gastos ni pérdida de tiempo para el empresario agrícola. Antes de poder vender una buena cantidad de caracoles de esta forma es necesario darse a conocer, la mejor forma de publicidad sigue siendo el boca a boca, que irá aumentando con el tiempo si ofreces un producto de calidad a precios honestos.

Venta online. Además de la venta física en la finca, hoy en día también es posible tratar en línea con los clientes y realizar envíos directamente. Ciertamente es un canal interesante, que te permite llegar directamente a clientes que se encuentran geográficamente distantes. Sin embargo, vender a través de la web no es baladí: tienes que cuidar tu sitio web y tu presencia en las redes sociales de forma profesional y esto puede requerir importantes inversiones, sin un resultado garantizado.

Mercados locales y de agricultores. Asistir a ferias y mercados locales es una maravillosa solución para mantenerse en contacto con la gente y dar a conocer su empresa en la zona. El discurso de la cadena de suministro corta y kilómetro cero se está expandiendo y esto puede beneficiar a las empresas locales.

Ferias nacionales. Los eventos de mayor nivel pueden resultar muy útiles, tanto para vender como para darse a conocer, gracias al alto nivel de público que atrae este tipo de ferias. En ocasiones estar presente en ferias de alto nivel tiene un costo sostenido, el cual siempre debe ser evaluado en relación a las potenciales ventas que ofrece el evento.

Venta a catering

Venta de caracoles a restaurantes . Quienes crían caracoles de profesión deben saber proponerse a los restaurantes. Este es un canal potencialmente muy importante para vender carne de caracol en buenas cantidades a un precio atractivo. Los caracoles han ido ganando terreno durante años, especialmente en lugares donde el objetivo es volver a los orígenes, redescubriendo sabores genuinos del pasado. La carne de caracol es un producto particular y muy apreciado, que puede representar un valor añadido para el restaurante capaz de potenciarlo, sumando nuevas propuestas a la carta que lo puedan diferenciar de sus competidores.

Catering . Los caracoles son un plato delicioso, que no queda mal en eventos como bodas u otros banquetes, también se presta para servir como "bocadillo" en buffets bien cuidados. Por ello, un buen canal paralelo al de la restauración puede ser el de la restauración.

Festivales . En verano, muchos Pro Loco o asociaciones organizan eventos gastronómicos temáticos, un poco por toda Italia. Los caracoles se incluyen a menudo en el menú y son muy populares. Además de abordar las fiestas puramente dedicadas a los caracoles, la empresa de helicicultura también puede proponerse a otros eventos, ya que el caracol insertado como segundo menú puede dar muchas satisfacciones, agregando valor a la propuesta gastronómica del festival.

Venta a mayoristas y revendedores

Carnicerías, pescaderías y otras tiendas de alimentación. Para las tiendas de alimentación, agregar carne de caracol a sus propuestas significa tener un producto nuevo y diferente para ofrecer a los clientes, esto se agradece enormemente. Por lo tanto, vale la pena probar este canal, incluso si requiere que vaya a muchas tiendas y, por lo tanto, se necesita tiempo para construir una red de distribuidores efectiva.

Mayoristas . Trabajar con mayoristas ciertamente significa sacrificar parte del margen de beneficio, compensado por la ventaja de vender grandes cantidades de carne de caracol con relativa facilidad.