Cómo almacenar calabacín | Huerta para cultivar

El calabacín se puede conservar de varias formas: en la nevera o congelado, seco, en escabeche o en aceite. Descubra cómo mantener esta verdura en su mejor momento.

Cuando las plantas de calabacín comienzan a producir en serio, los que cultivan el jardín se sienten abrumados por la abundancia de la cosecha. Incluso si los calabacines están listos bastante escalonados durante los meses de verano, es común encontrar cajas llenas de verduras sobrantes.

Por lo tanto, vale la pena intentar recapitular cuál es la mejor forma de conservar esta verdura, tratando de dar algunos consejos útiles para conservarla por más tiempo.

El primer consejo quizás sea trivial pero ciertamente válido: cuando tienes muchos calabacines de la huerta, la mejor estrategia es no tener que guardarlos demasiado tiempo, sino intentar consumirlos, cocinándolos de formas siempre diferentes para no cansarnos. Son muchas las recetas que se pueden hacer con esta verdura: guarniciones sencillas como calabacines salteados o a la plancha, o platos más elaborados, desde pasta con calabacín hasta parmesano o calabacín relleno.

Guarde el calabacín después de la cosecha.

Después de recolectar los calabacines y limpiarlos en seco de cualquier suciedad, se pueden conservar durante aproximadamente una semana sin problemas. Las precauciones son las básicas, generalmente válidas para las verduras: las verduras deben guardarse en un lugar fresco, no demasiado luminoso y prestando atención a la humedad. Además, los calabacines no deben batirse ni superponerse demasiado, provocando aplastamientos. La fruta debe estar intacta, si ya está dañada o cortada por la mitad durará unos días.

Una bolsa de papel o una caja de fruta perforada está bien como recipiente de almacenamiento, no deben guardarse en bolsas de celofán sin transpiración.

Si los calabacines se guardan en el frigorífico, su vida útil se alarga unos días.

Cómo congelar calabacín

El calabacín se puede congelar tanto crudo como cocido. Si quieres ponerlas crudas en el congelador, es mejor lavarlas y cortarlas en rodajas o grifos antes de congelarlas, para que ocupen menos espacio en el congelador y tengan inmediatamente listas para cocinar según sea necesario.

Para congelar el calabacín puedes decidir poner primero las rodajas esparcidas en una bandeja, para que no se peguen. Una vez congelados, puedes sacarlos de la bandeja y ponerlos todos juntos en una bolsa para congelador.

El mismo procedimiento es perfecto para congelar calabacines a la parrilla y tener siempre disponible esta excelente guarnición de descongelación rápida.

Guarde el calabacín cocido

Después de cocinar los calabacines, la duración depende de la receta que se haya utilizado para prepararlos (te recomiendo leer las recetas con calabacín que propone Orto Da Coltivare), pero en cualquier caso para asegurarte de que no se echen a perder debes consumirlos siempre antes de una semana y es imperativo conservarlos en el frigorífico. En general, los calabacines a la plancha duran más que otras preparaciones, debido al menor contenido de agua.

Para la conservación de cada receta a base de calabacín, es aconsejable tapar con film transparente o papel de aluminio y colocar en la nevera en un lugar fresco. Si quieres que los calabacines duren mucho tiempo, la alternativa de congelarlos es válida.

Ideas para conservarlas durante mucho tiempo

Existen varios métodos de conservación que se desarrollaron en el pasado, cuando no había disponibilidad de congeladores y refrigeradores, pero que aún siguen siendo válidos y utilizados en la actualidad. El primer método implica el uso de conservantes, que pueden preservar las verduras del aire: generalmente los calabacines se ponen en aceite o vinagre. El segundo método es el secado, que al privar al vegetal de agua permite que se mantenga por más tiempo.

En frasco: en aceite, en escabeche, agridulce

El almacenamiento en frascos es una buena forma de hacer que nuestras verduras duren meses. Al preparar esta conserva, es necesario tener algunas precauciones, que se pueden leer en el artículo sobre cómo hacer conservas seguras. El elemento clave de la preparación es el vinagre, que con su acidez previene el desarrollo de algunas bacterias, entre ellas el Botox. El líquido enlatado, a base de aceite o vinagre, tiene en cambio la función de cubrir perfectamente las verduras, evitando que entren en contacto con el aire. A continuación, los tarros se pasteurizan formando un vacío para que duren mucho tiempo.

El calabacín en aceite y el calabacín en escabeche son un gran clásico y se comen como un excelente aperitivo durante todo el año. El calabacín agridulce es otra variante sabrosa de las conservas enlatadas clásicas, que definitivamente vale la pena probar.

Calabacín seco: patatas fritas y harina

Otro método tradicional para conservar el calabacín es el secado: se puede hacer de varias formas. El método más antiguo es el secado al sol, pero también es el que más calidad te hace perder. Un buen secado en casa se obtiene con un horno ventilado, que se mantendrá a baja temperatura y con la puerta entreabierta. El mejor sistema es el secador, que al controlar el flujo de aire y la temperatura permite obtener el mejor resultado de calidad con un bajo consumo energético.

Si quieres hacer calabacines secos tienes que empezar por limpiarlos y cortarlos en rodajas finas. Cuanto menor sea el grosor de la rebanada, más rápido será el proceso de secado. Los calabacines secos se conservan durante 3-4 meses y se pueden utilizar de varias formas.

Gracias a la secadora puedes hacer unas excelentes patatas fritas de calabacín, un aperitivo delicioso y saludable para picar entre horas o como aperitivo, o puedes triturar los calabacines secos hasta conseguir una especie de harina, muy útil en la cocina, especialmente para sopas y aterciopeladas.