Riego de caracoles: como hacer helicicultura

Uno de los tratamientos más importantes en helicicultura es el riego de las cercas. El bienestar de los caracoles depende de la humedad, aquí está cuánto mojar y cómo se debe hacer un buen sistema de riego.

Para la correcta crianza de los caracoles hay dos cosas de importancia decisiva: la presencia de agua y el suelo. Antes de iniciar una empresa de helicópteros, debe verificar estos dos elementos.

En el terreno donde se va a ubicar el cerco, los caracoles no tienen muchas pretensiones: el mejor suelo es el que tiene una mezcla mixta, drenante y capaz de retener la humedad, sin embargo prácticamente cualquier tipo de fondo puede quedar fino, siempre que no sea demasiado pedregoso. y que no forme estancamientos. Precisamente para evitar la persistencia del agua de lluvia, una ligera pendiente puede ser óptima.

La disponibilidad de agua, por otro lado, es crucial para permitir el riego de los caracoles, que tienen una necesidad constante de humedad. En el recinto es por tanto imprescindible pensar en un sistema de riego.

Proporcionar el riego adecuado es un cuidado importante que debe tener el heliculturista para garantizar el bienestar de los caracoles y la vegetación de los recintos. Para ello vamos a profundizar cuándo es el mejor momento para regar y cuánta agua necesitamos aportar.

Cuanto y cuando regar las vallas

Durante la temporada de verano, las cercas deben mojarse diariamente, con frecuencias y cantidades que varían según el clima. Va desde unos 10 minutos de riego hasta 30 o 40 minutos al día por cada cerca. La duración varía en particular según las temperaturas diurnas de verano, si fueran más o menos tórridas.

El riego de las cercas debe realizarse siempre después del atardecer, ya que la vida social de los caracoles se desarrolla sobre todo por la noche. La humedad adecuada contribuye al bienestar de los caracoles y al de la vegetación del interior del recinto, este es un factor muy importante en la cría de estos moluscos. Los gasterópodos durante el día se refugian bajo las hojas de las plantas, si activamos el sistema de riego se podrían apagar, con el riesgo de quemarse con el sol. Además, los rayos del sol que se refractan sobre las gotas de agua también pueden dañar la vegetación.

Una buena regla que nos permite entender si hemos mojado suficientemente nuestro recinto de caracoles es comprobar el estado del suelo a la mañana siguiente: debe permanecer moderadamente húmedo, sin estar demasiado seco ni demasiado húmedo.

Cómo hacer un sistema de riego para helicicultura

Cada cerca debe tener un sistema de riego autónomo. La experiencia muestra que es preferible hacer un sistema con una tubería de polietileno elevada, equipada con micronebulizadores relativos, que deben colocarse a una distancia de aproximadamente un metro y medio entre sí. El sistema elevado evita que la tubería se llene con frecuencia de caracoles: si el sistema fuera accesible, las tuberías se obstruirían fácilmente con gasterópodos, atraídos por la humedad.

Un buen sistema de riego debe poder regar solo el perímetro interno del recinto, procurando así que el agua no salga de los espacios sembrados. El exterior de las cajas debe permanecer lo más seco posible para evitar que los caracoles salgan. Los caracoles siempre están buscando ambientes húmedos, por lo que si salen y encuentran tierra seca estarán tentados a regresar. Un exterior limpio y un interior húmedo son los mejores métodos preventivos para evitar fugas. Los caracoles tienen el instinto de explorar, incluso con vallas correctamente construidas, algunos caracoles todavía pueden escapar. Para evitarlo, es necesario asegurarse de que los moluscos tengan todo lo que necesitan en el recinto: los caracoles no deben carecer de agua, plantas cultivadas y alimento.

Otros cuidados en helicicultura

Además de regar las cercas, el heliculturista debe proveer para la alimentación de los ejemplares, de esto hablamos en el artículo dedicado a la alimentación de caracoles. No existen otros tratamientos particulares para realizar a diario, pero sí hay medidas cíclicas que se utilizan para garantizar siempre un excelente ambiente sanitario. Veamos a continuación las principales tareas de un buen criador de caracoles.

  • Eliminar cualquier alimento complementario no consumido por completo, para evitar la fermentación del mismo, causa de la proliferación de bacterias; es bueno hacer esto aproximadamente cada dos días.
  • Cortar periódicamente la vegetación del interior del recinto, para evitar que brote provocando la muerte de la planta, tarea a realizar cada dos o tres semanas. Basado en el éxito probado del "Método de Mejora Cantoni" (desarrollado por la finca La Snaaca di Ambra Cantoni), la remolacha sembrada en el interior debe durar dos temporadas y, por lo tanto, es importante contribuir a su salud, al ser una planta bienal.
  • Compruebe que no haya presencia significativa de depredadores dentro del recinto (ratones, lagartijas, estafilinas). Al tratarse de fincas en el campo, siempre encontraremos sujetos predispuestos a la depredación por toda la parcela, es algo natural que forma parte de la cadena alimentaria. Lo importante es que no se creen colonias de depredadores dentro de los pozos. Una importante prevención que limita en gran medida la entrada de estos enemigos de los caracoles es la valla perimetral de chapa (como se explica en el artículo sobre vallas del sistema de helicópteros).

La helicicultura es un trabajo en estrecho contacto con la naturaleza, por eso los apasionados pueden encontrarlo como uno de los trabajos más bellos del mundo. Por supuesto, es justo considerar que, como todo trabajo agrícola, hay que arremangarse y ponerse a trabajar para obtener los ingresos adecuados. También es necesario un compromiso constante, compuesto por una atención diaria como alimentar, limpiar y bañar a los caracoles.