El compostaje es sencillo y muy útil para aquellos que quieren cultivar el jardín …
No tendrás que preocuparte por sacar la papelera el día de la cosecha y obtendrás un humus muy útil para macetas o plantas de jardín.
SÍ: restos de frutas y alimentos crudos o cocidos, filtros de té, posos de café, servilletas de papel, plantas de macetas, tierra, pelo y plumas, virutas de madera, hojas y recortes de césped, restos de jardín, cenizas.
CON MODERACIÓN: pescado, carne, abono animal (provocan olores, atraen ratones e insectos), cáscaras de cítricos (descomposición lenta, contienen conservantes), follaje de algunos árboles como el roble, castaño, chopo, abedul, nogal (contienen lignina y son lentos degradar).
NO: cáscaras de nuez, huesos, huesos (descomposición lenta), papel entintado o plastificado, tetrapack, telas teñidas (contienen materiales sintéticos).
En general, cuantos más materiales se utilicen, mejor será el resultado.
El montón es el sistema más simple porque está debidamente ventilado, requiere espacio (base de unos 100 cm, largo de al menos 150 cm, alto 80 cm con sección triangular).
El agujero se repara estéticamente pero se debe tener cuidado de que no haya estancamiento de agua, luego se debe ventilar el material. De lo contrario, se producen podredumbres y por tanto malos olores.
El compostador es ideal para el compostaje doméstico, no molesta estéticamente, limita los olores y optimiza el espacio. Hay diferentes tamaños en el mercado, incluso con costes reducidos.
El compostaje debe hacerse en un lugar donde no ceda, si se hace bien el compost no huele pero algunos materiales aún pueden causar olores. El montículo se beneficia de la sombra en verano y del sol en invierno (para ello lo ideal es hacerlo bajo una planta que muda sus hojas en otoño). No se deben formar charcos ni estancamientos de agua (recomendamos preparar el terreno colocando piedras o ramas debajo). El contenedor de abono, en cambio, resuelve el problema del lugar, se puede guardar en cualquier lugar.
Un factor fundamental en la composición del montón es la presencia de carbono y nitrógeno que permiten la vida de microorganismos útiles para la descomposición. Demasiado nitrógeno provoca malos olores, mientras que demasiado carbono ralentiza el proceso. Una regla sencilla a seguir es equilibrar la cantidad de material "verde" rico en nitrógeno (césped cortado, residuos frescos del jardín y de la cocina) y material "marrón" que aporta sobre todo carbono (hojas secas, paja, ramitas astilladas, aserrín, papel y cartón).
El uso de ramitas en el compost es muy útil, precisamente porque son elementos que reequilibran la proporción de carbono frente a la hierba y los desechos de la cocina, que tienen más riqueza en nitrógeno.
Para hacer esto, lo mejor es triturar las ramas con una trituradora, para que las ramas se puedan compostar rápidamente. Esta herramienta es muy útil para el compostaje.
El montón no debe estar seco pero ni siquiera con agua estancada. Para medir la humedad del montón puedes usar el método del puño: simplemente sostén un poco de material en tu mano y verifica cuánta agua sale. Lo ideal es que suelte un poco de humedad, si queda completamente seco está demasiado seco, si en cambio gotea demasiado agua.
Si la pila está demasiado húmeda, es necesario agregar material seco (por ejemplo paja), si se seca demasiado es útil mojarla.
El montón se debe voltear periódicamente para oxigenar y mezclar el material, es una operación muy sencilla que se puede realizar con una horquilla, es recomendable voltear el montón 2-3 semanas después de agregar material fresco y luego hacerlo cada 2/5 meses dependiendo de el clima y el tamaño del montón.
El compost para la huerta y el jardín se considera listo después de 6/9 meses, si desea un buen compost maduro para usar en plantas en macetas, es mejor esperar 9/12 meses.